
16 de marzo de 2020. En España llevábamos una semana confinados en nuestras casas. Sin poder salir debido a la pandemia mundial del Covid-19. Ese día comenzaba el Máster en Animación 2D con Toon Boom, impartido en la escuela Trazos, en Madrd. Ya había desechado la idea de poder realizarlo (ya que me encontraba en Valencia, tenía un trabajo estable y estaba totalmente prohibido viajar entre comunidades). Para mi sorpresa, la escuela anunció que las clases se realizarían de forma online, al menos los primeros días, por lo que al terminar de tele-trabajar me ponía directamente con el Máster.
Las clases eran fluidas. Obviamente no puede compararse a una formación presencial, pero hay que reconocer que la escuela hizo un gran trabajo a la hora de adaptarse a aquella situación. Recibimos licencias del programa utilizado, usábamos Google Classroom para subir los proyectos y que el profesor los corrigiera, para las lecciones teníamos el Adobe Conect (que aunque fallara de vez en cuando la conexión, se podía seguir la clase bien), además todas las clases fueron grabadas y podíamos acceder a ellas siempre que lo necesitáramos.
Pasado el mes, y el siguiente…Las esperanzas de la escuela, alumnos y profesorado de volver a la normalidad, con clases en el centro se fue esfumando poco a poco. Trazos amplió nuestras licencias de Toon Boom. Se añadieron tutorías con los profesores los sábados, incluso hubo una reducción en el precio de los Másteres. La verdad que la escuela lo hizo sobradamente bien.
Durante aproximadamente los 4 meses que estuvimos confinados en casa, puedo decir que además del trabajo, el Máster fue una via de escape. Poder tener una actividad así, que de alguna manera te mantuviera unas horas alejado de la pandemia, te ayuda a sobrellevar el hecho de que nos encontrábamos en cuarenta. Por ello me siento muy agradecida.

Dejo por aquí algunos ejercicios de clase, animaciones muy básicas y sencillas pero súper útiles y necesarias para adentrarte en el mundo de la animación. La verdad que me lo pasé bomba animando.
El proyecto final: Ryo.
Ryo es una historia apta para todos los públicos; adultos, ancianos y niños, siempre y cuando esos niños tengan el estómago suficiente para visualizar espectáculos de tripas desmenuzadas, ojos salidos de sus cuencas y sangre, mucha sangre.
Este proyecto consiste en la presentación del personaje Ryo. Es una animación de diez segundos donde queda constancia la brutalidad de dicho personaje. A ritmo del punk británico más salvaje Ryo reparte toñas a diestro y siniestro a un grupo de individuos de dudosa moralidad (esto lo suponemos por la ocultación de sus identidades y porque van vestidos iguales). No le importa comerse un brazo siempre que al final del mismo haya algo de sushi.
¿La moraleja? Vigila tus espaldas, nunca sabes desde dónde puede venirte un mamporro.
Este proyecto está abierto para convertirse en película, serie de televisión, videojuego o simplemente gif para whatsapp.
Cuenta la leyenda que el samurai que deshonra a su señor es castigado con la vida eterna y que con el tiempo deja de ser humano para convertirse en Oni, un demonio.
Esto es lo que le ocurrió a Ryo. Ese demonio loco que va por ahí atizando a la gente. Pero no a cualquiera. Ha fijado su atención en bandas de criminales, asociaciones secretas con misteriosos cultos y empresarios sin escrúpulos.
Después de tanto tiempo, debe de quedarle algo de honor y sentido de la justicia.

Le llaman el demonio loco (también por que el mono rojo ya estaba cogido).
Suele usar una gran maza para destrozar cráneos, aunque no le importa hacerlo con sus propias manos.
Se le puede encontrar por las calles de Tokio a lo que los simpáticos japoneses se han acostumbrado, pero es un gran atractivo para los turista. Si le dan algo de comida puede llegar a posar para alguna foto, pero yo no le molestaría mucho…

Ryo es tosco y bruto. Su voz es ronca cual adolescente nada más levantarse de la cama tras una noche de botellón. Hay que decir que aún conserva la capacidad de hablar, aunque seguramente prefiere lanzar gritos y berridos como un animal.
Mide más de 2 metros y pesará más que una vaca en brazos. A parte de su rojiza piel, lo más llamativo son sus cuernos, o sus grandes colmillos o tal vez esas pequeñas astas que tiene en sus hombros. Vamos que no pasa inadvertido (excepto para los simpáticos japoneses).
En cuanto a su personalidad, bueno, es bastante irascible (vamos que se le va la pinza a la mínima) y como quien dice, de mecha corta. No se anda con chiquitas. Si te tiene que zurrar porque se le ha cruzado el día, lo hará a lo bestia. Tú procura no toparte con él, por si acaso.

¿Que por qué tiene tan mala leche? Pensad que lleva siglos viendo como el ser humano avanza y él retrocede en la escala evolutiva, hasta convertirse en una bestia sin raciocinio. Quién no estaría furioso.
Pero parece que lo lleva bien. También tiene su lado bueno. Le encanta comer y la música pop de los 80. Pet Shop Boy, Madonna, Alphaville y The Human League son de sus preferidos, parece que le marcó esa época, ya que ya estamos en el fátidico 2025 (que está siendo mucho peor que aquel 2020). También hay que decir que el punk británico le vuelve loco de atar. No sabemos si le encanta aún más que la música de la época de los calentadores o la odia a muerte.
Como siempre, gracias por tu interés en mi trabajo ¡Nos vemos!